La psicología conductista es una corriente de la psicología con tres niveles de organización científica que se complementan y realimentan recíprocamente: el conductismo, el análisis experimental del comportamiento y la ingeniería del comportamiento.
Esta última comprende a su vez toda una gama de aplicaciones
tecnológicas, tanto en el campo de la terapia como de la modificación de
conducta.
Es la filosofía especial de la psicología como ciencia del
comportamiento, entendido éste como la interacción históricamente
construida entre el individuo y su ambiente físico, biológico y social.
Cubre, así, rangos cognitivos, emotivos, sensorios y motores.
La filosofía especial es una filosofía de la praxis. Como tal, surge
de las labores mismas del quehacer psicológico y se encarga de discutir
sobre los supuestos, extensiones y posibilidades de su dominio teórico y
aplicado, así como de fijar posición y fomentar una actitud no
reduccionista (ni biologicista ni mentalista) para buscar soluciones a
los problemas de la disciplina (conductismo radical).
El conductismo depende de una filosofía general de la ciencia en
psicología, un asunto que aún no está totalmente dilucidado.
Ontológicamente lo definitorio es el materialismo monista y el
determinismo. Epistemológicamente para los conductistas
post-skinnerianos la filosofía es el "contextualismo", que considera la
conducta como "acto en contexto". O sea que ocurre en el marco de una
determinada circunstancia cuyo análisis no se puede obviar. Desde este
punto de vista el contextualismo es una forma de pragmatismo
seleccionista. Para los interconductistas es importante la filosofía
analítica. Principalmente la seminal en los trabajos de Gilbert Ryle y del segundo Ludwig Wittgenstein. También se puede reconocer aquí algo de materialismo dialéctico en los trabajos de Emilio Ribes.
En cuanto a concepciones sobre evolución científica, algunos citan a
Laudan (evoluciones graduales) por oposición a Kuhn (revoluciones). De
otro lado, Arthur W. Staats habla de "positivismo unificado" (post-positivismo).
En cualquiera de los casos todas las vertientes filosóficas señaladas
tienen claras diferencias con el positivismo lógico, en tanto reconocen
un papel destacado a la conformación social del ambiente y del
individuo. Así mismo se diferencian del mecanicismo, considerando en el
análisis interrelaciones complejas de variables interactuantes.
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