consiste en el acto de menospreciar a quien nos acompaña al
prestar más atención al móvil u otros aparatos electrónicos que a su
persona. Ha sido recientemente bautizado en EE.UU. y son muchas
las plataformas virtuales que combaten activamente este descortés
hábito. Sus argumentos aluden al protocolo más básico a la hora de
sentarse a la mesa, que reprocha empezar a comer antes de que todos
hayan sido servidos o coger comida del plato de otros comensales, y que
por ende reprueba el acto de ignorar a quien tenemos al lado.
Los promotores de estas iniciativas “antiphubbing” aseguran que casi el
90 por ciento de los adolescentes prefieren el contacto vía texto que
cara a cara y que los restaurantes experimentan 36 casos de “phubbing”
en cada sesión de cena, y advierten de que este fenómeno puede acabar reduciendo las relaciones sociales al intercambio de mensajes virtuales.
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